Casa la Puerta

Juan Pablo Sepúlveda Oberleiter + Enrique Sepulveda Busowsky

Memoria Casa La Puerta


Ubicada a 40 kilómetros de la ciudad de Parral, con vistas a la cordillera y al nevado de Longavi, esta segunda vivienda se emplaza en un campo antiguamente ocupado para la producción de trigo.

Actualmente es un lugar utilizado para el pastoreo de animales y la producción de arándanos y lavandas, en un entorno rodeado de bosques nativos de Hualos, Quillayes y Peumos. El lugar tiene una leve pendiente, que permite en ciertos días ver un gran extension del valle central de la Región del Maule.

De familia de arquitectos, el proyecto tiene un valor sentimental por emplazarse en un lugar que nos relaciona con nuestra infancia, y es el culmine de un anhelo de años por construir una segunda vivienda en un lugar que hemos frecuentado desde siempre.


La casa tiene un largo de 32 metros, y un ancho de 4,5. Se concibió de esa manera para recibir asoleamiento oriente y poniente durante todo el año en todo el programa de la casa, mientras la zona del estar y esparcimiento se ubican en el extremo norte, con luz natural durante todo el día.
En el extremo sur se emplazan la bodega, los servicios y los estacionamientos.

Por encontrase en un gran entorno inmediato de llanura abierta, se proyectaron grandes aleros para conformar una galería que rodeara todas las habitaciones, la cocina, el comedor y el área de estar. Esta galería y el emplazamiento del programa es una confirmación de la casa tradicional de campo chileno existente en los valles centrales, que se constituyen de grandes y largos espacios intermedios que cobijan actividades al aire libre, siendo estos la extensión de la vida interior hacia el exterior de la casa.
De esta manera, el gran alero de 2,40 mts de ancho acoge actividades y reuniones, almuerzos y encuentros de conversación.

Realizado con estructura interior metálica y forrada en madera, el gran alero no tiene pilares, por lo que la sensación de estar suspendido en el aire le da liviandad a toda la extensión de la casa emplazada en la planicie.
Bajo el gran alero, el cielo de machihembrado de madera en su color natural atraviesa transversalmente el volumen, otorgándole continuidad a la iluminación que este refleja del pavimento e iluminando el interior de la casa.

Para romper la sensación de bloque que tiene interior vidriado y el alero a lo largo con su techo, los pavimentos de la casa se proyectan de manera irregular; con entradas de jardineras y salidas de terrazas a pleno sol.

El pavimento interior y de las terrazas exteriores es el mismo; hormigón refinado y pintado color tierra, para lograr la continuación de los espacios de ambos lados y acentuar la sensación de relación con el descampado y la proyección horizontal.
La casa permeable se proyecta como un gran volumen vidriado hacia todas las direcciones. Un pasillo poniente recorre todo el interior a lo largo, mientras que la privacidad de los dormitorios se concibe con cortinas de correderas, las cuales permanecen cerradas durante la noche, y abiertas durante el día, posibilitando atravesar visualmente la casa y no cortar las vistas del lugar, independiente de donde se encuentren las personas.
El potrero se vive a pie y caminando en la amplitud, por lo que la concepción de la casa es la continuación de este paso, que se atraviesa con la vista, permeable y vinculada con la tierra.

El volumen vidriado transparente, que cobija el programa de la casa, tiene una altura interior de 2,7 y un ancho de 4,5 metros. En las vistas exteriores de la casa bajo el sol, se ve iluminado el techo de tejuela asfáltica gris claro, proyectando una sombra generosa sobre el volumen vidriado durante los meses de primavera y verano. La casa es como una guarida, iluminada interiormente por los reflejos del pavimento en el cielo y protegida del sol.
En los meses de invierno en cambio, la orientación de la casa (de sur a norte), su emplazamiento y el gran alero posibilita la entrada del sol durante todo el dia en toda la casa.

Se construyen dos lugares para permanecer alrededor de la casa. Ambos con la condición de estar también en medio de la llanura. Una terraza de pavimento de ladrillos para almorzar bajo la sombra un grupo de cuatro Peumos, y una piscina blanca alejada 20 metros de la casa.
Desde ambos lugares se aprecia la casa, y se vive también intensamente la sensación de estar al medio de un campo extenso, con el viento y el sol, y las vistas de la cordillera imponente.-